Habitación: 307
Fecha de entrada: 28/11/2024
Tarifa:
En el corazón de la ciudad andaluza, en el mismo centro comercial de la misma y a un paso del casco histórico, en una animada plaza llena de locales de hostelería encontramos un edificio clásico, completamente reformado, encalado, con una terraza superior entre dos labradas torres. Cristal en toda la planta baja que nos deja a la vista desde el exterior el bar y la recepción. Entre dos macetas, y bajo un pequeño porche con el nombre del hotel en letras metálicas accedemos al establecimiento, salvando unos escalones y cruzando una alfombra gruesa y unas puertas correderas automáticas. Dentro, de frente encontramos una espectacular escalera antigua en mármol muy labrado. Delante, un coqueto patio andaluz, bien decorado con sofás y butacas para la conversación en torno a mesas bajas. En el centro un pozo decorado con flores de pascua.
Hacia la izquierda, señalizado con un cartel encontramos un espacio casi circular, completamente acristalado a la calle con dos escritorios de trabajo con sendos ordenadores. Una bandeja ofrece agua fresca, café y dulces de cortesía. Tras la mesa, nos atiende una joven muy amable. Nos pregunta por nuestro viaje, por si es la primera vez en el hotel y nos ofrece una copa de vino o de cava. Rápidamente prepara los trámites de registro, nos hace firmar un par de documentos sobre alergias y el registro policial y nos entrega un cartoncito con la tarjeta de la habitación, y otro con una bebida de cortesía por ser miembros preferentes del programa de fidelidad de la cadena. Después se levanta y nos acompaña por los pasillos del hotel hasta el edificio en el que se encuentran nuestras habitaciones mientras nos explica el funcionamiento del wifi, que es bastante sencillo a través de un portal de conexión y correcto en su utilización, el horario y lugar del desayuno y algunas curiosidades sobre el hotel.
Atravesamos el primer patio del hotel y a continuación, por un pasillo pasamos junto a un salón acristalado que hace las veces de coqueta biblioteca. Todo huele a nuevo y moderno. Luces indirectas, cristal, tonos claros... Una puerta de cristal nos saca al pequeño patio en el que está la piscina, con ruido de agua incluido. A su alrededor una valla de cristal, y en su interior tumbonas, hamacas y sillas. Una puerta de cristal nos introduce en el edificio anexo. Allí, junto a restos arqueológicos de un pozo medieval conservados para ser visitados encontramos un ascensor de puertas negras automáticas. Su interior, en vidrios negros y espejo, y suelo de piedra. Moderno, con botonadura metálica y una pantalla con anuncios de los servicios del hotel. Allí se despide de nosotros la recepcionista.
El ascensor de abre a un vestíbulo delante de las escaleras. Suena música navideña en el suave hilo musical. Indicadores metálicos estilizados adheridos a la pared nos orientan en la dirección adecuada a nuestra habitación. Hacia la derecha encontramos un pequeño pasillo de gruesa moqueta en tono rosa en el que encontramos dos habitaciones. Grandes puertas de madera, modernas, con un tirador de metal negro y un lector de tarjetas, redondo también en negro. Los números en metal sobre la madera, y una tira de led sale del marco creando una agradable sensación.
Tras la puerta entramos directamente en el dormitorio. Cuadrado, moderno, luminoso, con un suave aroma. Suelo de madera natural muy cuidada, aunque en su mayoría está recubierto por una gruesa alfombra en color gris claro. Paredes en color crudo con algunas molduras clásicas. Techo en blanco con una decena de puntos de luz y un moderno ventilador de techo. A la izquierda de la puerta, el moderno mando digital para manejar el aire acondicionado, que no necesitamos encender, porque la temperatura de la habitación es más que agradable. Aún así, su manejo resulta sencillo, casi silencioso y bastante eficaz. En la pared encontramos un televisor de plasma. Debajo una sencilla mesa de trabajo en madera y finas patas metálicas. Debajo una incómoda butaca tapizada en terciopelo azulón. Sobre ella una botella de cristal con flores artificiales, un par de folletos del hotel y un flexo de aire retro en metal negro algo desmontado. A su lado un enchufe disponible.
En el lado derecho encontramos la puerta del baño con un interruptor de B-ticino y a continuación un armario de doble cuerpo. El primero, abierto, incluye un minibar con buen -y carísimo- surtido y una modernísima caja fuerte digital, ambos encerrados en un armario de color blanco brillante. Encima, una bandeja de cortesía con una cafetera Nespresso. Cuatro juegos de café, dos botellas de agua mineral, vasos y tazas con unas galletas en un dorado armario iluminado con una tira de led. A su lado un armario de cuerpo entero en madera natural. En su interior cajones en la parte de abajo, una barra colgadora para colgar la ropa 'de frente', la bolsa de la lavandería y un paraguas con el logo del hotel. Por encima una balda con dos mantas envueltas en plástico.
En la pared del fondo, junto a un espejo de cuerpo entero con sencillo marco de metal retroiluminado encontramos el pequeño balcón con vistas al coqueto patio de la piscina. Un visillo en tonos ocres y dos grandes cortinones a juego, que hacen las veces de foscurit, impiden el paso de la luz exterior.
A la izquierda encontramos las dos camas. Colchones cómodos de gran calibre vestidos con un elegante nórdico de rayas, suave y ligero. Tres grandes almohadas de distinta dureza se apoyan sobre un cabecero de tela gris. A un lado una mesilla alargada, de madera y metal oscuro, con una lámpara de noche que se enciende con una pera, un jarroncito de porcelana con otras flores artificiales, una bandeja dorada y el mando de la televisión. Debajo una papelera de piel negra y una especie de banqueta metálica en tonos cobrizos. Por encima, enchufes disponibles (incluido uno USB) e interruptores para las luces. Lástima que el juego de luces sea sólo encendido todo o apagado todo. Sólo hay una opción de encender unos pequeños y potentes reflectores negros, para el trabajo desde la cama, ubicados encima del cabecero. En el otro lado de la cama la mesilla es redonda, y allí se presenta un bloc de notas, un bolígrafo y una lámpara dirigible de pie en metal negro. Por encima del cabecero dos cuadros con marco de madera y escenas de la ciudad.
El baño resulta algo pequeño. Pero moderno, con una curiosa luminosidad algo amarilla procedente de algunas tiras de led situadas en el espejo. Suelo de baldosas porcelánicas hexagonales en tonos grises. Una encimera de granito color cobrizo recoge un lavabo exento en piedra negra con una moderna y ostentosa grifería algo suelta que funciona bien aunque con escaso caudal. Sobre la encimera encontramos también un par de jarroncitos de vidrio con detalles vegetales, dos vasos de cristal, recubiertos por unos cartoncillos que nos invitan a ahorrar agua, una caja con un variadísimo set de amenities envueltas en cajitas de color negro con el logo de la cadena (peine, lustrazapatos, set dental, de afeitado, gorro de baño...). A la derecha, en la pared, un bote de jabón de manos y otro de crema hidratante. Por encima, un espejo rectangular, retroiluminado que incluye un círculo de aumento. Del techo cuelga una bola de luz de cristal. Por debajo, en una balda, una bandeja con el secador de pelo de buena potencia, una caja oscura con pañuelos de celulosa, dos toallas de manos, dos enormes de baño y dos albornoces con zapatillas de felpa completan un más que correcto set de lencería, todo ello en blanco de buena calidad con el logo de la cadena.
En el lado izquierdo encontramos, junto a una ventana protegida con un estor en tono crudo un moderno inodoro, algo bajo, con cisterna empotrada en la pared. Sobre él dos láminas con detalles de la ciudad. A un lado un portarrollos y al otro una escobilla de baño. En el lado derecho la sugerente cabina de ducha. Protegida por unas puertas correderas desde el techo hasta el suelo en metal y cristal. Suelo blanco y paredes en pequeña porcelánica del mismo color. Dentro, en la pared, tres botes anclados con champú (de dulce aroma), gel y acondicionador. La moderna grifería dispone de dos botones para elegir qué grifo queremos que funcione y una manecilla para seleccionar la temperatura. Una terminación en efecto lluvia, y un grifo de tipo teléfono. Buena temperatura en ambos pero al efecto lluvia le falta un poco de caudal.
En un luminoso y gran comedor se sirve por la mañana un amplio buffet atendido por una amable, simpática y servicial camarera que nos explica la ubicación de los productos y nos sirve en la mesa el zumo de naranja natural y un croissant. Platos calientes (huevos fritos, revueltos, salchichas, tomate, champiñones, judías...), embutidos, fiambres y quesos, bocadillos preparados, cereales, una seria variedad de panes, fruta cortada y preparada, yogures y otros lácteos, bebidas frías y un par de máquinas de correcto café sin más.
Por la mañana, en la salida del hotel, un joven nos atiende, algo más frío y distante que la llegada.
Calidad/precio:
Servicio: 9
Ambiente: 9
Habitación: 8
Baño: 8
Estado de conservación: 9
Desayuno: 9
Valoración general: 9